De estancia en Portugal, en Semana Santa, decidí y porqué no, viajar, ¿a donde? Pues donde tenía amigos. La intención en un principio era ir a ver a mi gaditana favorita, Juani, o como le digo yo, Juanita.
Al principio era esa la idea, pero poco después para economizar el viaje cambie planes y hice escala en Milán (Italia) para ver a Cristina Coves como no, y ya que estaba allí, ir a otra ciudad cercana y que mereciera la pena. En este caso fue Venecia, donde muy cerca de allí, en Padova, vive un amigo que conocí en Orihuela cuando empecé en la aventura de la enología, Matteo.
El día antes de mi salida a Milán me fui a Oporto a un hostal muy cerca de la parada de tren de Bolão, la verdad es que el hostal estaba guapo, guapo.
A la mañana siguiente y temprano me pire para el aeropuerto que para las 10 salía mi vuelo. Cuando llegue al aeropuerto, mi vuelo tenía retraso, así que a esperar. El vuelo como siempre muy bien, ya todo el mundo sabe el rollo de Ryanair que te venden hasta un anti-espinillas, jejeje. A mi llegado a Milán Bérgamo cogí un bus que me llevo a la estación central de Milano, allí vino Cris a por mí.
Ese día fuimos a ver EL DUOMO de Milano, el primer centro comercial del mundo que tenía un rollo guapo, las tiendas más caras, unas pinturas de todos los continentes y un dibujo en el suelo de un toro, donde en los huevos del toro ponías el talón dabas 3 vueltas y por cada vuelta un deseo. Después nos comimos un helado, que es muy típico de Milán y un mazapán con forma de champiñón. Después me llevo a ver el Castelo y el parque que queda detrás y el arco del triunfo. Luego fuimos al “Aperitiv”, a una zona de Milán donde hay canales. Y como colofón del día estuvimos en el último día de Alcatraz, una discoteca.
DUOMO Centro Comercial
Castillo
Arco del Triunfo
Zona Aperitiv
Después de recogerme a las 4 de la madrugada, el señor se levanto a las 7 y me fui a Venecia. Tres horas después llegue, y me reencontré con Matteo, un tío majo, que vino de Padova para enseñarme la ciudad, gente así se agradece. Estuvimos recorriendo el laberinto de Venecia durante horas, pasando por todos los puentes típicos, los canales, las iglesias, la torre, las plazas, y el bar más antigua de Venecia,” Florian”. Como no, miles de góndolas que cobran una pasta por montarte. También me llamo la atención que llama a las calles como en España “calle”, y la bandera estilo medieval muy chula.
Comimos cerca de un canal, y después fuimos a un barrio, donde no hay turismo solo venecianos a tomarnos los aperitivos típicos de esa zona de Italia, “Aperov” más dulce y poco amargo y “Campari” seco y muy amargo, y a las 6 para Milano.
Al día siguiente me levante tarde, y fui a comprar un vino “Chianti” para comer ese día,y por la tarde fuimos con los amigos de Cris, tres albanesas, un holandés, un francés, un italiano, al“Aperitivo” a un barco en un canal, donde lo típico es, pagas la bebida y tienes buffet libre de comida. A la 12 de la noche tome un bus para el aeropuerto de Bérgamo donde hacia noche.
Después de una noche diferente y no aburrida en el aeropuerto de Bérgamo, llegue al aeropuerto de Berlín y me encontré con juanita, la gaditana, donde el primer día, si me descuido veo todo Berlín.
El primer día en Berlín fue muy completo, empezamos por la mañanaa mi llegada y acabamos a las tantas. Nos montamos en el bus 200 donde te recorre parte de la ciudad, en él vimos la columna de la victoria, la catedral, museos y una serie de monumentos que ahora mismo no me acuerdo. Nos bajamos del bus y a lo lejos un pirulí o torre de comunicación gigantesco llamado “Fensehturn” que se ve en todas las partes de la ciudad. Una de las cosas que más me sorprendió es que en Berlín siempre son dobles, es decir, que hay dos iguales o parecidos.
Después vimos la Catedral de cerca, Universidad de Humboldt y nos fuimos a la Puerta de Brandemburgo, que es espectacular. Al rato visitamos El Museo del Holocausto, el Checkpoint Charlie y por donde pasaba en Muro de Berlín y todo la su historia.
Berlín es una ciudad con mucha historia, es verdad que su historia para mí, es triste, no solo por lo del muro, sino también por todo lo que hizo el fascista Eichler. Fui al museo del horror, y donde se supone que salía al balcón.
Algo típico de la ciudad son las tuberías aéreas.
Una de las cosas que más me sorprendió fue el movimiento ocupa y arte que conlleva, fui a Tacheles, que es espectacular. Nunca había entrado a una casa ocupa y lo que vi me gusto y mucho. Vi gente que se gana la vida currándoselo con sus manos y su ingenio desde “collage”, a cosas hechas de corchos de vino, un bolso hecho con discos de vinilo y en el exterior de la casa gente que trabaja el metal.
Enfrente de Tacheles está la Sinagoga judía.
El segundo día, me levante para las 12 del medio día, y me fui a Tiergarden un pedazo de parque donde comimos, después vimos el Muro pintado.
Al final de la tarde compre una botella de un vinito blanco Risling para cenar. La variedad Risling con la que está hecho el vino, en una variedad típica de Alemania.
En mi último día en Berlín, visite una ciudad de parques, naturaleza y castillos, Potsdam. Una ciudad bonica y que en compañía de Juani la recorrimos en bicicleta.
Esa madrugada retorno a Milán y de Milán a Oporto.